LA SOLEDAD


Como el capullo que envuelve
Como la flor que no florece, que se esconde al salir al salir el sol
que, pétalo tras pétalo, bota la amarga tristeza...
Ha elegido vivir en oscuridad, no ver más la luz, descartar toda posibilidad de ser feliz una vez más.
Porque la felicidad hay que merecerla, dicen.
Porque la felicidad no se busca, no se persigue, mas sí se gana.
Porque la felicidad es de unos pocos, felices infelices.
Porque la felicidad... ¡maldita felicidad!
Y ya no hay cobijo, la soledad penetra cada rincón y azota con la fuerza de una marejada, sin piedad hacia quien la recibe. Y enfría, y enloquece. Ser fuerte ya no existe dentro de sus parámetros, pues no hay razón. Recibe cada golpe y lo acepta.
Poco a poco pierde la voluntad de elegir, se entrega a la vacuidad.
Eterna.





La imagen: http://dan-may.com

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