Suomi


Aires de movimiento llegan nuevamente por acá. Eso me hace pensar que aún no he escrito nada acerca de Finlandia, a un mes de haber llegado al nórdico país. Y, como es lógico, ¡hay tanto por decir!
Bosques sin respiro -paradojas de la vida- con sus variadas especies de callampas, musgos y animalitos,
arándanos EVERYWHERE, pero de verdad en todas partes, sin exagerar,
luz de día en abundancia,
el poder femenino que se lleva el protagonismo,
la energía masculina siempre presente, en un modo tan diferente a lo acostumbrado,
los cieeeeeeeelos… no soy una persona religiosa pero ¡por dios santo, qué cielos!
lagos, laguitos, lagunas. Agua, agua, agua siempre al alcance,
los saunas. Los locales dicen que hay uno por cada 3 o 4 habitantes (algo así)

El país entero es como un gran interminable bosque (“entero” suena algo ambicioso… aunque cubrimos una parte interesante del territorio en este mes, sólo anduvimos en el sur). Pero sí, Finlandia parece ser un gran bosque. Lo sentimos desde el momento en que aterrizamos en Helsinki, sorprendiéndonos con su verdor y tranquilidad, aún siendo una capital. Y luego en las carreteras y caminos: el bosque siempre te acompaña a lo largo del camino. Las rutas suelen ser sencillas, de una vía ida y otra de vuelta aunque también hay carreteras grandes, los caminos tienen rectas y curvas, pero nunca varía mucho la altitud lo que rápidamente nos hace pensar en cicloturismo 💖 (¿quizás en otro viaje? jejeje). Y el bosque siempre te acompaña a un lado o a ambos lados, con pequeños y medianos intervalos de campos de cultivo. Meterse dentro del bosque es otro tema. Pinos de diferentes clases y quién sabe qué otras especies de árboles se pueden encontrar, además de gruesas y reales alfombras de musgo que todo lo cubren, incluyendo antiguos árboles caídos hace años, piedras y rocas de todos los tamaños. Animales como ardillas, ciervos, zorros, jabalíes en ciertas zonas, buhos de diferentes especies, alces… ¡reales alces libres! Aunque nuestra experiencia visual ha sido limitada a los primeros dos, aún nos quedan algunos días para tener la oportunidad de encontrarnos con algún alce 😍 (termino de escribir este relato arriba del avión y no, no vimos ningún alce 😢) Ahora entiendo de dónde viene la inspiración de las fantásticas historias de hadas, duendes, elfos y otros tantos seres mágicos que se nos han dado a conocer en libros y películas. Sin exagerar, entrar a un bosque finlandés es entrar en lo encantado. Y basta un poquitiiiiiito de imaginación para sentir a los seres elementales que en el bosque habitan (¿o no fue nuestra imaginación? jejeje) ¡Arándanos! Millones de arándanos cubriendo los suelos, a veces hasta cuesta no caminar sobre ellos porque son realmente demasiados ¡y son gratis! Basta con bajarse del auto e ir directo al bosque para recolectar todos los que quieras comer o llevar contigo. Las frambuesas también crecen en abundancia, especialmente en los lugares recientemente deforestados (que a ratos parecieran ser demasiados… algunos locales sienten preocupación por este tema). Y ya luego saltamos a otras variedades, muchas de ellas casi desconocidas en Chile como los “currant” o grosella en sus variedades negra, roja y blanca, o el llamado “gooseberry”, también en diferentes variedades, que se traduce como “grosella espinosa” o “uva espina”. Y qué les puedo decir de las manzanas… ¡están por tooooooodas partes! Manzanos en los campos, en las casas, en las calles y parques. No digamos que son las más deliciosas manzanas de la vida, muchas de ellas tienden a ser más bien de pequeño tamaño pero aún así hay mucho que se puede hacer con ellas en gran volúmen, como mermeladas y dulces, sidra (que es bastante popular entre los locales) y una famosa tarta de manzana en versión finlandesa que -¡suerte la nuestra!- tuvimos oportunidad de degustar en abundante cantidad, en casa de los padres de nuestra dulce y mágica anfitriona, Iatta Maria (alias Mahiya) a quien re-conocimos algunos meses atrás en el Rainbow gathering de Israel y cuya cariñosísima y cálida madre tuvo la delicadeza de cocinarnos algunos de los platos típicos del país (en versión vegetariana/vegana para nosotros). Y para rematar esta revoloteante y bonita estadía en cada de esta “hada mayor”, nos despidió con un precioso y bien pensado regalito ¡en el que bordó nuestros nombres!



Conectando con el poder del bosque (parte I)
Conectando con el poder del bosque (parte II)

Colecta de red currant


Colecta de arándanos

Arándanos EVERYWHERE
Lempi y el bosque

Paseando y recolectando



Lempi disfrutando el musguito

La casita que nos acogió en Illo, donde pasamos buena parte de nuestra estadía



Flores bellas en todas partes

¡Amorcito en el bosque!

Y más amorcito en el bosque

Flores hermosas y diferentes

¡Colecta de callampas!

Lunita llena y acampada en nuestras últimas noches

Tan amable es el musgo de los bosques finlandeses, que ir a pie pelado es un placer

Amigo honguito

Musgo y honguito

Trekkingcito a pata pelá

Decenas de especies de callampas diferentes

Arándanos y callampas

Atención con la corteza de este árbol: esa rugosidad que parece un hongo, se llama CHAGA y su particularidad es que es medicina para el cáncer en los humanos y, paradójicamente, es cáncer para el árbol.

Musgo y rocas

¿Pueden ver la cara?

Bosque amado

Bosque y lago en parque nacional, en nuestra última acampada

Último atardecer en Espoo, despidiendo Suomi

En cuanto pisamos tierra escandinava nos fuimos directo a acampar, participando de un encuentro llamado “Ting”, el cual busca reunir a los 4 países que forman la región (Dinamarca, Noruega, Suecia y Finlandia) para pasar un mes completo viviendo en la naturaleza, en comunidad. La historia dice que en época vikinga, Escandinavia solía realizar un “encuentro para hablar” (algo así sería el significado de “Ting”) cada cierto tiempo, entre batalla y batalla, para no perder la comunicación ni dejarlo todo en manos de las armas y los escudos. La primera noche en el bosque fue prácticamente surreal: habíamos llegado al lugar a eso de las 7 de la tarde y estuvimos dando vueltas por acá y por allá hablando con la familia Ting, conociendo personas, viviendo la experiencia y algunas horas más tarde llegó el cansancio del viaje. Cuando llegamos a nuestra carpa a descansar, olvidándonos por completo de la hora, el sol ya se había puesto y una sutil oscuridad empezaba a asomarse, tímida y delicada. Personalmente, sentí que podían ser entre las 9 y 10 de la noche… ¡pero era pasada la medianoche! Y la verdad es que “la noche”, oscura como la conocemos, nunca llegó 100%. Poco antes de las 4 am, la luz del alba asomaba. Guauuuuu, ¡tremenda sorpresa! Y, desde luego, convengamos que nuestra llegada fue en medio del verano, con condiciones climáticas totalmente opuestas al invierno, en el que la luz del día es escasa y el frío y oscuridad se extienden por largos 5 meses al año entre la lluvia y la nieve, que desde diciembre a marzo/abril todo lo cubre y el país se transforma en un inmenso y resplandeciente blanco, perfecto para equilibrar la falta de luz solar. En todo caso, lo que sabemos del invierno finlandés es sólo aquello que hemos conversado con gente local, con una que otra foto como apoyo visual pero sin duda, lejano a nuestra experiencia actual. Como sea, amamos los días de luz eterna que, a un mes de haber entrado al país, empiezan -ni tan- lentamente a acortarse.


Foto tomada minutos antes de medianoche


Entre las variadas tradiciones que tiene el país, los saunas son una de sus más populares. Prácticamente no hay casa en Finlandia que no tenga su propio sauna, incluso los departamentos (algunos tienen un sauna común para el edificio, pero dicen que no es nada raro ver departamentos con sauna propio). El sauna tradicional es calentado con fuego proveniente de la madera, mientras que nos más modernos cuentan con un sistema eléctrico y fue este el tipo que pudimos experienciar. No quiero detenerme mucho en la descripción de un sauna, me parece que es algo popularmente conocido, pero sí puedo decir que esta es una tradición real del país y que el sauna no está ahí sólo de adorno como suele pasar con esas máquinas de ejercicio que muchos hemos comprado alguna vez con la esperanza de perder peso, trabajar musculatura o simplemente tener una vida más saludable y que han pasado a transformarse en aparatosos “colgadores de ropa”. No. La familia entera acostumbra a entrar al sauna regularmente y una vez por semana pareciera ser algo común.

De alguna manera, la energía de la mujer guerrera ancestral se percibe en las calles de Finlandia. A veces me resulta difícil poner en palabras aquello que simplemente se siente, pero haciendo mi mejor esfuerzo, puedo decir que el poder femenino en este lado del mundo es muy potente y, por otra parte, los hombres aquí equilibran de una peculiar forma esa fuerza de la guerrera, sin perder ni por un segundo su masculinidad e integridad como representantes de su género. Porque -¡aquí viene de nuevo la expresión religiosa!- POR DIOS que machos más empoderados de su rol hay por acá, lo que no quiere decir que no haya, también, el macho-machista como lo hay en todas partes del mundo, ¿quizás?. Poderosa sangre vikinga; me es imposible dejar de repetir esas palabras cuando pienso en mujeres y hombres de Finlandia. Pero algo más hay, algo que aparentemente puede sentirse como frialdad (o simplemente dejarse llevar por el prejuicio compartido popularmente, que dice que “los europeos son fríos”) pero que poco a poco, con cada encuentro que fuimos teniendo en el camino con finlandeses, descubrimos que se trata de pura y simple timidez. La diferencia -a nuestros ojos- es que prácticamente en todo relacionamiento que tuvimos con los locales, más o menos profundo, la respuesta fue siempre amistosa y positiva, sólo hay que tomar la iniciativa y buscarlos, saludarlos, hablarles. ¡Y son lindos! Sólo hay que pasar la barrera del prejuicio…


Nuestra finlandesa favorita: Iatta Maria (alias Mahiya)




Cientos, miles de diminutos, pequeños, medianos y grandes lagos nos encontramos en este periplo. Nadamos libremente en varios de ellos, cada vez que tuvimos oportunidad. Entre tanto verde musgo que crece y crece, por supuesto que los lagos también están repletos de ellos, lo que hace que las aguas, aunque limpias, suelan ser de un color a veces parecido al té (¿?). Al principio me costó un poco entender que el agua no estaba “sucia” o contaminada, pero al poco rato empecé a apreciar el peculiar color y a disfrutar los nados en estos grandes tazones de té frío pero no helado, rico, preciso para los días de calorcito. El acceso a los lagos suele ser sencillo a pesar de haber siempre casas alrededor con “dueños” de los terrenos. A veces encontramos espacios públicos y otras veces simplemente nos aventuramos a una rápida zambullida, dispuestos a enfrentar a algún posible molesto local con nuestro nulo finlandés y una buena disculpa en nuestro “perfecto y latino inglés”, aunque nunca tuvimos la oportunidad de hacerlo, pues nadie nunca vino a corretearnos. Y claro, si hablamos de agua también hay que mencionar el mar, pues Finlandia cuenta con bastante costa. Al respecto puedo contar que visitamos algunos lugares con mar, incluyendo un paseo por una zona de pequeñas islitas llamada Svedjehamn, en el Golfo de Botnia, lugar declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO debido a su peculiar geografía: durante la era del hielo, toda la zona estaba cubierta por un enorme glaciar de unos 3 kilómetros de altura, que al derretirse permitió que toda la tierra que se encontraba debajo, poco a poco y ya sin todo el peso del hielo, fuera saliendo a la superficie y continúa el proceso hasta el día de hoy, en el que se puede ver que cada año 1 cm. sale a flote, lo que en 2.000 años significaría que Finlandia y Suecia quedarían unidos por tierra. Loco, ¿no?






Svedjehamn

No fue nuestra mejor foto, pero aquí estamos en Svedjehamn

Jump jump!

Uno de los varios chapuzones que nos dimos en los lagos finlandeses



Entre medio de la timidez, de los bosques mágicos, de los abundantes berries, los saunas, las aguas y las extremas temporadas… los cielos ¡MAMMA MIA! Creo que las fotos hablarán por sí solas. Hace algún tiempo que me dejo enamorar por los cielos lindos, por las nubes locas y diversas en formas y colores, por los atardeceres y amaneceres (cuando logro vencer el sueño y levantarme al alba). Pero en las cinco semanas que pasamos aquí, no hubo ni un sólo día en que no me sintiera conmovida por el cielo. De verdad en algún momento me sentí hasta un poco tonta y repetitiva con el tema, ¡y no pude parar de sacar fotos! Eternas gracias a los cielos veraniegos y con tintes de otoño que nos regaló el norte del mundo 😃





¡Que alguien me explique esas nubes ondeadas!












Kiitos Suomi! Llegamos a ti con intenciones diferentes, sin ideas concretas de lo que encontraríamos en tus tierra y definitivamente nos removiste interna y externamente, profunda y superficialmente. Eres tierra para el aprendizaje de esta “gente del sur” que llegó a ti bajo el hechizo del amor y la profunda conexión con nuestra Mahiya-magia, el ser mágico más poderoso que encontramos en Escandinavia.


Cerca de Tampere. Siempre es buen momento para la música

Un Diego y una Lempi muy amorosos

Hermosos girasoles!


Cocinando en familia

Una Lempi muy fundida con el bosque

Nuestra primera foto en tierras escandinavas

Galletitas saludables que fuimos a vender a Pispala

Nuestro puesto en la feria de Pispala: algunas cosas de la India, los productos naturales de Mahiya, galletas y cacao

Cementerio en Tampere

Cementerio en Tampere

Cementerio en Tampere

Antiguas lápidas del cementerio en Tampere

Rollitos dulces de papel de arroz, arándanos y manzana

Visitando Vaasa

Las calles de Vaasa

Jugando en las lineas del tren en Vaasa

Granola casera y la colecta mañanera de berries

Jugando, siempre jugando mis amores

Tarta crudivegana de manzana y nueces

Un Diego emocionado cuando encontramos este pony

Más galletitas saludables y amorosas en Illo

Cocinando en Illo

Rollitos de repollo rellenos con verduras

Un saludable, fresco y exquisito desayuno con gooseberries, arándanos, red currant, granola y yogurt de avena

Todo el amor hecho granola

Primeros días de otoño

Paseando y recolectando en Illo

Pesto de ortiga y otras hojas verdes

Un atardecer especial en Illo

Amor en Illo

Eternas risas y sonrisas

Más amor en Illo

Road trip!

¡Última aventura los tres! (hasta la próxima)

Turisteando en Vaasa

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