Malaysia... gracias Malaysia!

Kuala Lumpur / Malaysia - Miércoles 23 de julio de 2014

Hoy cumplo 2 semanas en suelo asiático. Fueron 13 días en Tailandia, aunque volveré en octubre pues mi vuelo sale desde Bangkok. Luego de cuatro maravillosos días en Phi Phi, tomé el ferry y mini van a Hat Yai, donde pasé una noche antes de tomar el tren a Malasia. Hat Yai era un poco más grande de lo que imaginaba y no tengo mucho que decir de la ciudad. 

Estación de tren en Hat Yai

Tren en coche cama

La vista desde la ventana de mi camarote :)






















































Kuala Lumpur - Miércoles 23 de julio de 2014

El tren a Kuala Lumpur (o KL, como la llaman los malasios) salió a las 16 hrs. En vez de tomar un asiento, me fui en el coche de las camas: 100% horizontales, con almohada, sábana y cortina para mayor privacidad, por la módica suma de $9.000. Antes de subir al tren comí algo, me tomé un té verde frío y compré castañas asadas para el viaje 

El tren era bastante cómodo, aunque sonaba harto y traqueteaba, así es que no me fue muy fácil dormir. Calculo que hicimos unas 15 paradas a lo largo del trayecto, la primera de ellas a la hora de haber salido, en el control fronterizo e ingreso a Malasia.
Llegamos puntualmente según lo anunciado, a las 6:30 am (1 hr más que Tailandia, 12 hrs más que Chile). Me senté un rato en la estación para despertar bien antes de caminar al hostal, el cual está como a 1.5 kms.
Salí de la estación y traté de caminar guiada por google maps, pero estaba rodeada de autopistas y no hubo caso de encontrar una ruta a pie. Después de dar algunas vueltas y ya medio agotada de llevar la mochila a cuestas, ví una micro que indicaba el nombre de una estación que yo había visto en el mapa, muy cercana al hostal. Así que me decidí y subí a ella para poder salir de la bendita autopista, bajándome a los 5 minutos a dos cuadras del hostal.
Y bueno, heme aquí esperando la hora para hacer el check in, quiero darme una ducha y salir a recorrer la ciudad YA!!
La primera vista de KL - 7:00 am

Chinatown

La pieza en el hostal




























































Kuala Lumpur - Jueves 24 de julio de 2014

El primer día en Kuala Lumpur ha sido como todo primer día en un nuevo país y ciudad: desorientada, perdida y asombrada con tanta cosa nueva. A diferencia de Bangkok, esta es una ciudad mucho más moderna y limpia. Hacia donde miro hay un rascacielos y a ratos como que sofoca un poco tanto edificio tan alto. Caminé sin rumbo fijo, como suelen ser mis primeros días. A pesar que el termómetro marca parecido a Bangkok, no se si es que me estoy acostumbrando o definitivamente la sensación térmica es menor, aunque siempre con calor, claro.
Paré a almorzar en un restaurante veggie de platos bien producidos, me comí unos fideos de arroz nadando en una sopa cuya base era vinagre de arroz (no se sentía para nada el sabor a vinagre) y tenía tofu, zanahoria y lechuga picada finita arriba. Esto acompañado de una aguita fría de lemongrass y jengibre muy rica.
Seguí caminando y llegué al Low Yat Plaza, un mall dedicado exclusivamente al mundo mobile. Guau.
Al frente había otro mall: Benjaya Times Square donde había de todo incluyendo servicios varios y tiene nada menos que ONCE PISOS.
Ya cansada, volviendo al hostal pasé por Chinatown y por el mercado central. En general encuentro que es un poco más caro que Tailandia, pero sigue siendo barato para nosotros. Si bien el idioma oficial es el malayo, acá se habla más inglés que en Tailandia y claro, el abecedario es el mismo así es que una siente menos perdida.
La gente que anda por la calle es muy diversa, no por nada el 10% de la población es indio, el 40% chino y sólo el 50% es malasio. Por lo mismo, aquí conviven 3 religiones principalmente: hinduísmo, budismo e islamismo. Muchas mujeres andan tapadas y eso a mi me da harto nervio (y pienso: qué pensarán de las mujeres que mostramos más piel?).
Eso sería todo por hoy. El hostal es de un estilo bien moderno y eso también da la sensación de mayor limpieza. Los zapatos se dejan en la entrada y hay avisos por todos lados que indican que cualquier zapato o calcetín que se encuentre en zonas comunes, baño, pasillos o piezas, serán botados a la basura xD

Un edificio muy patriota


Benjaya Times Square: 11 pisos de mall


Almuerzo veggie


Una calle cualquiera en KL


Chinatown


Mezquita a la vista


Las calles del mercado central





































Comida callejera


Mercado central































































































































Kuala Lumpur - Viernes 25 de julio de 2014

Kuala Lumpur es una ciudad diferente: impresiona la cantidad de rascacielos y no en menor medida, la cantidad de construcciones de edificios y calles en proceso (realmente son muchas!! Para donde miro hay algo en construcción). Me ha llamado la atención los pocos perros que he visto (no más de 2 o 3) y que no me he encontrado con NINGUNA bicicleta!!.
Hoy fui a las torres Petronas (a 3 kms. desde el hostal), pero no subí a ellas por dos motivos: el primero es que hay un cupo limitado diario, por lo que dicen que la fila empieza a las 6:30 am y la verdad no me animo a levabtarme tan temprano y caminar oscura para eso. Además, la entrada para subir cuesta casi $9.000 (1/3 de mi presupuesto diario). Sumado a esto, leí que la subida es sólo hasta el puente que une ambas torres (piso 41) y que sólo puedes permanecer arriba 15 minutos. Y por último: quiero subir a la KL Tower, la cual permite llegar hasta arriba (420 mts) y cuesta la mitad, jeje. No se si habrá fila, mañana haré el intento.
Después de recorrer el mall Suria KLCC y almorzar ahí (quizás piense usted: pero qué /&$#@# hace en un mall! La respuesta es simple: no se imagina usted cuánto se agradece un lugar con aire acondicionado después de un par de horas en la calle...), llegué al "Aquaria", un acuario gigante del cual había leído recomendaciones. Muy lindo y entretenido, me sentí como una niña sumado a un kojak con soda que me comí! Jejeje.
Saliendo del acuario me fui al parquecito que está detrás de las torres y estuve ahí un rato, disfrutando de un poco de agüita en los pies, gracias a una fuente de agua pensada para eso.
Caminé sin rumbo fijo para terminar la tarde y llegué a una carretera, donde tomé unas fotitos gracias a una pasarela peatonal.
Siendo las 21:40 termino de escribir en esta bitácora y me dispongo prontamente a dormir, pues mañana empieza un nuevo día de aventuras ^^.



Street art en KL


Petronas!


KL: ciudad en permanente construcción


Aquaria


Tortuga en Aruaria :)


Parque con instalaciones acuáticas para capear el calor


El paraíso en Suria KLCC


Panorámica de KL


Parque tras las Petronas























































































































































Kuala Lumpur - Domingo 27 de julio de 2014

Mi cuarto día en KL fue muy diferente y emocionante. 
Esto, porque hoy visité lugares nuevos, guiada por una muy amable pareja de malasios: Julian y Melissa, amigos de mi querido Cristian Aldunate, quien me comentó que Julian se había ofrecido a hacer de guía y mostrarme parte de su hermosa ciudad.
Pues bien, el día comenzó poco después de las 9 am con Julian, Melissa y la pequeña Jaeda (de 6 meses) recogiéndome al ladito de mi hostal. Lo primero que hicimos fue ir a una especie de comedor de comida china: un lugar donde había varios puestos con diferentes especialidades, por los cuales te paseas escogiendo lo que vas a comer, para luego sentarte en una mesa a esperar que traigan tu comida. Creo que aun estaba un poco dormida, porque sólo atiné a sacar una foto de parte de lo que comimos... pero bueno, al menos la descripción de algo sirve ^^. Ahí comimos varias cosas, entre ellas pescado, chancho, sopa, noodles de arroz y de trigo, vegetales rebosados en salsa agridulce y algo picantes, quequitos de carne dulce y de huevo. Todo MUY diferente y rico!
Continuamos avanzando por la ciudad y conversando, cada día que pasa voy soltándome con el inglés, aunque todavía me cuesta armar ciertas frases y completar historias... voy mejorando! Tras unos 20 minutos de andar, llegamos a las "Batu caves": una montaña de piedra caliza cuya erosión formó impresionantes cuevas. Se accede a ellas a través de una empinada escalera de 272 peldaños (jajaja no se por qué los malasios insisten con precisión en la cantidad de peldaños) y custodia el lugar una imponente estatua de buddha de 42 mts de altura (un edificio de 10 pisos aprox). La subida, además, se hace acompañados de varios monos que esperan cualquier oportunidad para robarte comida o bebidas. A mi uno de ellos me robó mi botella de agua, arrebatándomela de las manos!!
Al llegar arriba se puede admirar la belleza de las cuevas y un pequeño y abarrotado templo budista. Es un lugar realmente bello y sorprendente.
Seguimos andando por la carretera hasta llegar a Putrajaya, situada a 25 kms. de KL, es una "mini" ciudad construida por y para el gobierno ("mini" porque de pequeña tiene poco). Aquí se encuentran toooodos los ministerios y edificios gubernamentales como la casa de gobierno, además de diferentes barrios que albergan a todos los empleados fiscales y sus familias. Es un lugar muy diferente y pulcro al máximo: calles muy anchas y limpias y decenas de edificios, además de una laguna y numerosos puentes.
A eso de la 1 regresamos a KL y mis anfitriones me dejaron en el hostal, acordando pasar por mi nuevamente a las 7 para ir a comer y tomar algo. Me sentía completamente agotada y dormí 3 horas de siesta, y me obligué a despertar para ir a comprar el pasaje hacia mi próximo destino: la isla Penang, a unos 400 kms. al norte de KL. Parto rumbo a Penang este martes 29/07.
A las 7 pasó por mi Julian, esta vez solo pues Jaeda no le permitió a Melissa acompañarnos. Fuimos hasta el barrio de Buik Bintang, muy popular entre turistas y locales por la activa vida nocturna que hay ahí: restaurantes, bares y una infinidad de puestos de comida callejera para todos los gustos, en calles repletas de gente comiendo y tomando, muy vivo y lindo, llamativo y exquisito! Entramos a un restorán de carnes y comimos un carpaccio para picar y luego dos grandes y jugosos trozos de carne con acompañamientos. Muy rica comida y conversación que abarcó desde recomendaciones a destinos no populares, hasta ciertas ideas espirituales muy útiles para mi.
La noche terminó poco después de las 10 pm con Julian dejándome en mi hostal y yo infinitamente agradecida por su hospitalidad y calidez. Me duermo nuevamente feliz!


KL desde KL Tower


Las Petronas en altura


Lake Park


Lake Park


Lake Park


Lake Park


Impresionantes las Petronas de noche






Batu Caves


Batu Caves


Putrajaya, ciudad política


Casa de gobierno


Mezquita en Putrajaya


Comida callejera en el barrio nocturno Bukit Bintang


Con Julian en Bukit Bintang


Saliendo de Batu Caves














































































































































Penang / Georgetown - Miércoles 30 de julio de 2014

Siendo las 17:00 y con 33°, luego de 7 horas de mucho caminar y después de una gloriosa ducha fría, me detengo a dejar algunas reflexiones y observaciones de los 24 días que llevo fuera de Chile (y parece que fue ayer...):
1.- No tenía idea que el cuerpo humano tiene TANTA sal. He transpirado más que en un millón de clases de bikram juntas y me impacta que mis poleras tengan una marca blanca y salada tanto en la espalda como en el frente. Así también mi piel, que luego de transpirar como caballo y tras recibir un poco de airecito frío, deja sentir una capita medio arenosa, que no es otra cosa más que sal!
2.- Siempre, siempre se puede encontrar algo más barato. El alojamiento más económico que he visto hasta hoy, es de $2.840 (en hostal, por supuesto). Y le lleva conexión wifi, sala común con tv, té y café for free, almohada, ducha caliente y fría 24/7 y cuantas veces quiera.
3.- Siempre puede hacer más calor.
4.- El aire acondicionado es un bien invaluable, sobre todo de noche.
5.- Quiero vivir en George Town. Hasta ahora, es el lugar más bacán que he conocido en este viaje. Tiene la cuota precisa de ciudad, playa, cerro, comercio, cafés-restaurantes-bares, viejo y nuevo, clásico y moderno y sobre todo: arte callejero. Algo me pasó en cuanto llegué aquí: es el lugar donde me he sentido más segura (y en ninguno de los otros lugares me sentí insegura...).
6.- Los musulmanes me dan miedo, sobre todo las mujeres  Esto no puedo explicarlo porque aun no entiendo el por qué. Y por esta razón, es probable que no entre a ninguna mezquita.
7.- Al contrario de los musulmanes, los budistas me parecen adorables, buenos y cálidos. Siento como si anduvieran voladitos por la vida 
8.- Quisiera dedicarme un año entero de mi vida a recorrer calles, ciudades, pueblos y playas limpiando. Duele la guata ver la cantidad de basura que hay por todas partes y lo poco considerada que es la gente con el planeta tierra 
9.- Los hostales debieran tener, como regla básica, prohibida la entrada a la gente que ronca (así de discriminadora, so sorry).
10.- Mi digestión aún no se adapta al viaje. Disculparán la honestidad de este punto, pero es un tema no menor: soy de las afortunadas que va prácticamente todos los días al baño a hacer numerodos. Pero en lo que va de viaje, me he pasado 4-5 días sin tener ni las mínimas ganas y eso ha significado que al día X, mis intestinos exploten y me de colitis... para volver a pasar 4 o 5 días sin ir al baño... y así 
11.- Parece que el calor me quita el apetito. Imagínese que hoy desayuné un café y tostadas francesas a eso de las 9 am y siendo las 17:15, recién me empiezan a sonar las tripas (entre el desayuno y ahora, me he tomado dos isotónicas, un té helado y una botella de agua. En total poco más de 2 litros de líquido, cuando en mi vida cotidiana no paso del litro y haciendo un esfuerzo).
12.- Ha llamado mucho mi atención el hecho que, tanto en Tailandia como en Malasia, se vive una especie de filosofía "vive y deja vivir". A qué me refiero? Inicialmente sentí que la gente era muy poco empática y desconsiderada: nunca te dan la pasada (NUNCA), muchas veces he ido caminando con mis mochilas y si viene una pasada estrecha y alguien caminando en contra, simplemente pasa el que primero pasa. Lo mismo con los autos y motos; olvídate de cruzar con preferencia, eso no existe ni en pasos de cebra, ni en semáforos, ni en absolutamente ninguna parte. Las motos muchas veces se suben a la vereda e incluso andan por la calle contra el tránsito... y nadie se inmuta! Pero lo que pasó de ser percibido por mi como una desconsideración, ha ido virando pues veo que a nadie le molesta que así sean las cosas. Nunca he visto a alguien poner una mala cara por esto, e incluso muy pocas veces he sentido una bocina. Así es que me he inclinado a pensar, como dije al inicio de este punto, que más bien pareciera ser el libre albedrío y el "let it flow", como me dijo el cándido y amable Julian (el malasio que me paseó el domingo mostrándome parte de KL).
13.- Los indios también me atemorizan  Se me quedan viendo y siento que me traspasan con sus miradas. Me dan pánico! 
14.- Nunca será suficiente calor (eso ya lo dije?)
15.- Refuerzo en este viaje lo que siempre he creído: las ciudades se conocen mejor caminando. Es tan lindo ir por la calle y pá! Un templo. Seguir avanzando y pá! Un parque, un café, un restaurante, un canal, una playa. Incluso he dejado de usar mapas y de averiguar "qué es lo que HAY que ver" en cada lugar (al menos por un día). Se los recomiendo, si nunca lo han hecho 
16.- No existe, desde mi experiencia, un par de zapatos que pueda ser usado más de un día seguido sin hacerte doler los pies. He aprendido que la mejor forma de mucho caminar día tras día, es ir cambiando los zapatos cada día. El que ayer te raspaba el empeine, lo soluciona el de hoy, que te deja una ampolla en el dedo gordo, pero el empeine intacto. Y así. Suena a "punto negativo", pero en realidad es una recomendación positiva, jajaja.
17.- Nunca será suficiente caminar.
18.- Nunca será suficiente bloqueador solar. Y hay un punto ciego en la espalda: un círculo de unos 7 cms de diámetro (en mi caso) al que no puedo llegar con mis manos encremadas 
20.- Un hostal SIEMPRE puede tener piezas con más camas: en el que estoy ahora, son 20 
21.- Si alguna vez me negué a entrar a un mall a puro pasear durante un viaje, hoy agradezco inmensamente la presencia de estas moles. No hay mejor lugar luego de algunas horas de intenso calor y humedad.
Bueno, es son sólo algunas de las ideas que rondan por mi cabeza, jajaja. Más adelante seguro les podré contar algunas cosillas más. Adelante estudios!


Penang a la vista!


Georgetown


Street art


Patio de comidas


Algún barrio de Georgetown


Templo hindú
































































































Penang / Georgetown - Miércoles 30 de julio de 2014

Andando por las calles de George Town me encontré con una flor pintada en el pavimento, en plena calle. Me quedé mirándola sorprendida y encantada, mientras los autos pasaban sobre ella y por el carril del lado. De repente los autos se detuvieron en un breve taco y sentí que alguien me miraba: era una chica musulmana de 18 o 20 años que iba de pasajera en un auto blanco y vidrios semi polarizados. Al percatarme, ella bajó la vista a la calle para ver qué es lo que me mantenía absorta y justo cuando el auto retomaba la marcha, volvió a mis ojos y esbozó una pequeña sonrisa, haciéndose cómplice de mi hallazgo.
Así fue como empecé a superar el inexplicable temor que me producen las mujeres de su religión.








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Penang / Georgetown - Jueves 31 de julio de 2014

Salí del hostal tardón hoy, a eso de las 11 am luego de un tuto nada reparador (insoportable el calor) y del desayuno básico que ofrecen aquí (té/café y tostadas con mermelada de esa bien pláaaaastica jaja). Me fui directo a arrendar una bici al lugar que me recomendó Eddie, el chinito que trabaja en la recepción del hostal. $1.700 por todo un día de una bici hiper mega básica que me quedaba algo chica, aro 20, con canasto y cuyos pedales medio que bailaban pa los lados, sin cambios. Bueno -pensé- total voy a pasear no más por la ciudad y ya mañana buscaré una bici más pro para ir a Batu Ferringhi, la popular playa de esta isla que está a 20 kms. de la ciudad.
Empecé a pedalear y me fui directo al sector por el que caminé ayer y de repente ya estaba camino a la playa, así que na po, vamos! Me había encremado bien en la mañana, pero no llevaba mi bikini, ni toalla ni nada playero. Bueeeee, me baño en sostén y calzón no más po, pa eso tengo ropa interior colorinche que pasa hiper piola en la playa. Y así fue como, luego de 1:45 y 24 kms. llegué a la playipla. 
El trayecto era en camino costero de 1 pista y, aunque había letreros que mostraban una bici a lo largo de todo el camino, ni berma había pa pedalear (esto también se ve en las calles de George Town y KL. Puro bluff!). Escuché clariiiiito a mi papá diciéndome: "estás haciendo algo riesgoso, lo importante es que estés conciente del peligro", así que orejapestañayceja puestos en el camino, jeje.
Tal como me habían comentado algunas personas, el mar no era calipso pero la verdad no me importa (con los escenarios paradisíacos de Ko Phi Phi estoy mega pagada). Igual es una rica playa, el agua más heladita que en Phi Phi, siempre tibia, claro. Con este calor se agradecen unos grados menos igual. Y na po! Qué me han dicho, procedí a sacarme las pilchas y a bañarme chuleinmente en ropa interiors. Caminé un poco por la playa y seguí mi ruta. Mirando google maps vi que a 3 kilómetros moría el camino, en la entrada a un parque nacional.
Hasta allá seguí y cuando me dijeron que no podía entrar en bici, decidí volver. Al cabo que no minteresa entrar en la selva tropical a ver monos y encontrarme con serpientes venenosas y arañas mortales. Ya tenía 25 kms de bici en el cuerpazo así que bien estaba emprender el retorno.
En el camino de vuelta pude apreciar mejor el paisaje y vi varias playiplas pequeñas bien lindas. Creo que no había comentado que acá se conduce por la derecha, así que el camino de ida no me permitía ver bien el mar.
Unos 4 kms antes de llegar a casa, paré en un comedor chino y pedí literalmente cualquier cosa y una gélida y refrescante cervecita Tiger.
"Small?", me preguntó la dependienta.
Cómo se le ocurre, deme la más grande que tenga.
Y ya junto a mi compañera de 5° esperé hambrienta mi comida, que resultó sea la cosa más extraña que he probado hasta ahora: piña, pepino, manzana y quizás algún otro vegetal no identificado con un crispy de pescado y una salsa durce durce que yo diría que también era de pescado. El plato se llama "Rojak" y nunca entendí si era picoteo, plato de fondo o postre. No puedo decir que estaba rico, porque no me gustó, pero sirvió pa llenar la tripa y amortiguar medianamente el litro de chela que me empiné como si fuera jugo.
Dí unas vueltitas más por la ciudad (confieso que no por gusto, sino porque me anduve medio perdiendo) y llegué al hostal rojita, salada y con el poto en la mano después de 50 kms. (me estoy empezando a creer el cuento, ya no podíamos decir que soy una foca, aunque los tutitos igual me tiritaron en algunas subidas, mientras me auto alentaba en voz alta y en inglés, jajaja. Me acordé de Raulito cuando se alienta mientras corre!!).
Una reponedora ducha y la constatación (existe esa palabra?) de una pituca quemada de ciclista en los hombros y una franja de unos 3 cms. muy graciosa entre la polera y los chores, que vendría a ser como la línea de la grasita, me capta?
Hoy dormiré mejorcito porque me cambié a una pieza con aire acondicionado en el mismo hostal (iba a escoger otro, pero le tomé cariño a Eddie, quien by the way, me acaba de compartir la mitad de su merienda: un pancito redondo tipo queque bien blaaaaando con dulce de coco andentro. La weá reca). El cambio de pieza me significan $680 adicionales. Adelante, puede usted decirme que soy una miserable por haber aguantado dos noches sin ese lujo.


Ganesh


Encuentre al monje de carne y hueso


Templo


Templo




Buddha


Templo


Batu Ferringi


Batu Ferringi














































































Penang / Georgetown - Viernes 1 de agosto de 2014

Anoche, en plena calle, un chiquillo indio me sonrió coquetamente mientras habría la puerta de su auto. Mi cara, pronta a esbozar una respuesta a su gesto, se detuvo cuando el muchacho en cuestión llevó hasta su boca una masculina cerveza Carlsberg... para beberla CON BOMBILLA ‪#‎besitochau‬‪ #adiosparasiempre‬


Penang / Georgetown - Viernes 1 de agosto de 2014

Hoy fue un apacible viernes. Después de los intensos 50 kms de ayer en la bici de juguete, amanecí algo adolorida (menos de lo que pensé en todo caso... un poquito la cara interior de los muslos y la palma de las manos). Anoche había declarado que sería viernes de flojeo, aunque a las 7 am me despertó un rubio compañero de habitación para pedirme que me levantara porque durante la noche se le había caído el cel y no lo encontraba, así que quería mover el camarote. Accedí sólo por su guapura, jaja (mentira) y me después de eso me costó alguito retomar el sueño, dormí unas dos horitas más y ya poco antes de las 10 abrí los oclayos. Me quedé en cama un rato repasando algunos lugares en la interné y me levanté a desayunar.
Fui a un café a la vuelta de la esquina y pedí unos ricos pancakes con syrup "de la casa", coco rallado grueso, plátano y agüita de manzanilla. El lugar era bien rico, así que me quedé un rato leyendo (voy en la mitad del primer libro de la trilogía Millenium. Wenazo). Dí algunas vueltas por mi ciudad -hasta ahora- favorita a paso tranquilo y tomé algunas fotos. Almorcé en otro cafecito una ensalada sencilla y un granizado de té verde espectacular. Volví al hostal, leí, leí, leí y escribí un par de cartas. Salí a dar otra vueltita y me senté en ooooootro café, donde pedí un bagel con salmón ahumado y un jugo de piña/menta muy ricos.
Y ya con esto cierro el día. Mañana saldré de nuevo en bici hacia el otro lado de la isla para visitar el templo budista más grande de Malaysia. Y ya veremos.


Street art y una oriental que no quizo moverse


Veredas de Georgetown


Street Art


Street Art


Street Art


Las calles de Penang


Street Art






















































































































Penang / Georgetown - Sábado 2 de agosto de 2014

El asunto fue así: a eso de las 23 hrs figuraba yo acostada en mi cama muy pegada leyendo "Los hombres que odian a las mujeres", cuando entró en la pieza un paisano (vaya usted a saber si era árabe, palestino, turco... yo no los identifico) de unos 40 o 45 años. Al ver su cama, empieza a preguntar a viva voz, muy molesto, quién había dormido en ella. En ese momento estábamos en la pieza: un oriental durmiendo, otra chica leyendo y yo. Me senté en la cama y le dije que yo no sabía. Siguió muy enojado y me preguntó cómo es que no sabía, si yo estaba en la pieza. Sacowea, pensé y lo miré con ojos como plato y me levanté de hombros. Convenientemente, la chica que estaba en la pieza ni siquiera miró al paisano y se dio vuelta, mirando a la pared. Inteligente, supuse que ya alguna vez había pasado por una experiencia similar, pues ni se inmutó.
5 minutos antes que llegara el paisano con el demonio metido dentro, un chico oriental (otros a los que no identifico. Chino? Koreano? Creo que a los japo los cacho mejor) había estado sentado en la cama del paisano, mientras cargaba su celular. Bien pavo el lolito, había dejado ahí no sólo su cel cargando, sino también una bolsa, una botella de agua y unas monedas.
Salió el paisano escandaloso de la pieza (no sin antes dejar encendida la luz, que ya estaba apagada cuando llegó, en clara señal de molestia hacia los que estábamos ahí) y volvió a los 2 minutos seguido por el administrador nocturno del hostal, quien lo re puteó por escandaloso y le dijo que si era tanto problema para él, no entendía por qué no tomaba una pieza solo (para mi resultó bastante obvio también) y que cortara su webeo. Salió el administrador de la pieza y el paisano se quedó parado, con la mochila en la espalda, apuntando a la cama y aún puteando "I cant't belive it! Someone sleep in my bed and nobody cares!", y empieza a sacar las cosas de su cama, dejando sobre la mía el celular (meh, ahora soy yo la culpable?!) cuando en eso entra el chinito dueño de las cosas muy sonriente y al verlo el paisano le pregunta si las cosas son suyas y el chino con mala cuea y sin predecir el caos, va y le responde que sí. Al paisano por poco se le salen los ojos y lo empieeeeza a putear y entre medio le hacía preguntas tipo "dormiste en mi cama?!" a lo que el absorto chino respondía siempre que sí, en clara señal de no entender un carajo de inglés jajajaj.
Así fue como el paisano le soltó un último "I don't understand... what's wrong with you people!!!!", sacudió su cama, apagó la luz y se acostó. El chino, mudo, subió a su camarote y no supe más de él. Y yo? Bueno, yo quedé tan alterada que no me logré dormir sino hasta una hora después, cuando el paisano ya roncaba y hacía sonar sus dientes en un inminente bruxismo producido, obviamente, por tanta rabia que pasa el desgraciado.

Penang / Georgetown - Domingo 3 de agosto de 2014

Hace casi una semana atrás y luego de llorar algunos recuerdos tristes, definí que la segunda parte de mi viaje había empezado. Pero no fue hasta hoy que lo sentí real, recién, que caché que este es el primer día en que simplemente vivo y no estoy pensando a dónde voy, qué leo, qué como o de qué otra forma lleno el día. Hoy simplemente viví y de repente se hizo de noche.
Ayer llegó al hostal Jimmy (sorry for my spanish, my friend), un chino que me tuvo pegada conversando de la vida y sin parar por, al menos, dos o tres horas. Fue justo después que Eddie, el chico de la administración del hostal, me avisara que debía cambiarme de pieza (intervención divina después del show del paisano). Jimmy me preguntó muchas cosas y yo también a él, pero de todas sus preguntas, la respuesta que más pareció gustarle fue el motivo de mi viaje: le dije que busco un cambio de vida, abrir mi cabeza para llevarlo a cabo.
Él, por su parte, viajó sólo para estar 3 días aquí y poder salir un poco de la presión laboral que tiene actualmente debido a uno de sus clientes (trabaja en telecomunicaciones). El trabajo lo tiene viviendo momentáneamente en Singapur, pero realmente vive en un pequeño pueblo al oeste de China. Así es que sólo busca desconectarse un poco, conocer gente nueva y así poder volver con nuevas perspectivas para enfrentar su pega.
También he podido conversar un poco con Eddie, temas livianos pero siempre entretenidos. Anoche hablamos acerca del paisano enojón y según me dijo, vive aquí desde hace mucho tiempo y tiene un arreglo económico con el dueño del hostal. El chisme de Eddie es que el tipo sale en busca de mujeres para ligar (disculpen las palabras españolas, estoy leyendo un libro que las usa mucho y me tiene pegada jajaja) y que lo inviten a tomar y comer. La vidita! Pues la cosa es que Eddie me anduvo medio retando por no contarle antes del show que primero me hizo a mi el gallo, pues no es primera vez que tienen problemas con él y el dueño ya se está aburriendo de él, más aún si empieza a tener atados directos con el resto de los huéspedes. En fin. Tema cerrando.
Eddie habla 4 idiomas: malayo, tailandés (su mujer es thai), chino e inglés. Es la raja porque siempre anda buscando ayudarte y aconsejarte: sugiere dónde comer, dónde arrendar una bici, etc. Incluso varias veces me ha convidado algo de lo que está comiendo para que yo pruebe. Si usted, por esas cosas de la vida viene George Town, no dude en alojarse en el Red Inn Heritage y disfrutar de la conversación con Eddie 
Mañana esperaba partir a Langkawi, un archipiélago de islas más al norte del país, pero no me imaginé que el lugar para comprar el ticket del ferri está cerrado los domingos, así es que opté por quedarme un día más y partir el martes. A ver si mañana me doy una última vueltita por la que, hasta ahora, es mi ciudad malaya favorita 


Muro de Budas en Kek Lok Si Temple


Kek Lok Si Temple


Kek Lok Si Temple


Kek Lok Si Temple


Kek Lok Si Temple


Kek Lok Si Temple


Kuan Yi. 30 metros de bronce















































































































Melaka - Sábado 9 de agosto de 2014
Langkawi es una isla muy linda, a pesar que no me gustó tanto de entrada. Y creo que esa idea inicial fue exclusivamente por dejar atrás George Town y lo mucho que amé Penang. Llegué a Kuah, la zona principal de Langkawi, tras 3 horas de ferry y 2 kilómetros de caminata con mis mochilas. Me quedé en un hotel/hostal en pieza de 4 camarotes, pero las 3 noches que dormí ahí fue completamente sola. Sentimientos encontrados porque sí, es rico pasar una que otra noche sola cuando se va de hostal en hostal, pero esa soledad también implica no tener oportunidad de conversar alguna cosilla con otros viajeros... en fin.
Quise recorrer la isla completa y me encontré con total ausencia de transporte público. Descarté la idea de hacerlo en bici porque la vuelta en redondo a la isla es de hartos kilómetros, estimo entre 80 y 100 al ojo. Y claro, andar en taxi tampoco es una opción viable cuando el presupuesto diario no supera las veinticinco lucas. Así que me armé de valor y arrendé una scooter automática, sin saber ni cómo hacerla partir, jajaja. La chica musulmana que estaba a cargo me miraba de lo más cagá de la risa mientras yo me hacía la loca, no fuera a ser cosa que no me la arrendara. Ya que era toda una novedad, decidí irme piano piano y no sobrepasar los 40 kms/hr. Arrendé la motito la misma tarde que llegué y me fui andando sin rumbo fijo y sin dificultad para conducirla. Libertad!
Así fue como llegué la la playa de "arena negra" como la llaman, que la verdad es que era bien parecida a la arena del litoral central chileno, aunque debajo volvía a aparecer la arenita blanca. No me metí al mar porque no andaba con traje de baño y en esta oportunidad mi ropa interiors no pasaba piola. A una hora prudente, sin atreverme aún a andar de noche, tomé el camino de vuelta. Pero en la mitad me encontré con otro camino que llamó mi atención y que, de acuerdo a un mapita que encontré por ahí, llevaba a lo alto de una colina y encontrábase allí un mirador buenísimo. Igual me dio julepe un letrero que había en el acceso al camino, que advertía sobre desprendimientos de tierra y roca y explicaba que el riesgo debía ser asumido por el conductor. Okey. Los ojos bien abiertos noma y vamos padelante! El camino era de muchas curvas y siempre ascendente. En la mitad del mismo, el velocímetro y cuenta kilómetros de mi compañerita se fue a cero y nunca más ANDÓ 
En varias partes del camino me encontré con monos a los costados, a los que deliberadamente ignoré porque les tengo miedo. Tras unos 25 o 30 minutos de ascenso y después de un par de veces de haber dudado si seguir adelante, llegué a la cima en la que había una torre para subir a mirar, si así se quería. Me recibió Joseph, un indio muy cálido y parlanchín, quien, además de cobrarme la entrada, me ofreció entre risas la posibilidad de pasar una noche en el hotel del lugar, cuyo valor ascendía nada menos que a 600 lucas LA NOCHE. Me conformé con pagar los mil setecientos pesos que costaba subir a la torre, desde donde tuve las primeras vistas en 360° del archipiélago y más allá. Bello.
Debido a que el velocímetro y cuenta kms. nunca más funcionaron, no tengo idea cuánto anduve y sospecho que, ya con un poco de confianza, sobrepasé bastante los 40 kms/hr que me había autoimpuesto.
El segundo día fui directo a la playa Cenang, que era la más recomendada (casi alojé ahí, pero me decidí por Kuah por estar al lado del ferry). Buena decisión no quedarme en Cenang, la verdad es que la playa no tenía niun brillo xD.
El tercer y último día lo dediqué a conocer la última zona que me faltaba: la cascada y "los 7 pozones", que más bien era un sólo pozón no muy grande y varias pequeñas piscinitas. Igualmente me di un buen chapuzón y agradecí el agüita fría y sin sal. Maravilla! Cerré el tercer día ascendiendo a 700 mts. sobre el nivel del mar en teleférico. Me tiritaron las cañuelas desde que me subí hasta que llegué de vuelta abajo, jajaja, pero pude sacar unas fotos hermosas porque tuve suerte y me tocó cielo azul 
Desde Langkawi mi idea era haber vuelto brevemente a Tailandia, pues Julian (el amigo malasio que me paseó) me recomendó mucho visitar Koh Lipe, una islita paradisíaca thai. Pero sucedió que el ferry que va de Langkawi a Lipe sólo opera de octubre a abril, así es que la alternativa era volver al continente en ferry, tomar un bus hasta otro puerto y tomar un segundo ferry a Lipe. Me pareció engorroso y caro, así es que descarté y decidí volver a George Town  y comprar ahí un pasaje en bus hasta Melaka (o Malacca), la primera ciudad malasia. Así es que hoy me pasé 7 horas y algo arriba del bus y llegué poco después de las 6 de la tarde... y ya he quedado gratamente sorprendida con lo que he visto 


Brahma y familia en Penang Hill


Flor prehistórica en Penang Hill


Penang Hill


Kuah - Langkawi


Langkawi


Black sand beach en Langkawi


Langkawi desde Gunung Raya


Cenang beach en Langkawi


Kuah, capital de Langkawi


Langkawi


7 falls


Impresionante panorámica de Langkawi





Teleférico!


Atardecer desde Black sand beach
































































































































































































































FOTOS MELAKA


Carritos en el mercado nocturno de Jonker Street


Pescado envuelto en hojas de bambú asado


Variedad de gyosas


Bella Melaka!


Mezquita


Mezquita a la orilla del mar


Más Melaka


Vista de la ciudad desde el cementerio


Cementerio

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