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Bangkok - Miércoles 8 de octubre de 2014


Luego de dejar Indonesia y con la amargura en la boca por la escenita en inmigración, me subí al avión entre triste y molesta. Me fui pensando en la posibilidad de acortar mis días en España, pues mi presupuesto ya está excedido y llegando al final del viaje se hace más reducido aún. A mitad del vuelo entendí que tenía que dejar la mala onda ahí, así que me dediqué a dibujar y pintar un mandala que me dejó alineadita y sin mala onda. Ya está.
Llegué a Bangkok a las 20:00 y ya estaba oscuro. Luego de 3 meses viajando y tras arribar en diferentes lugares, ya prácticamente perdí el miedo a una nueva llegada. Me fui directo al módulo de informaciones y pregunté cuál era la forma más barata de llegar a mi hotel. Así fue como tomé la micro hasta una estación de metro y ahí avancé 2 estaciones más. Me bajé y salí a la calle a tomar un taxi. Una chica thai muy amorosa me preguntó a dónde me dirigía y ella misma me indicó otra micro que podía tomar, así es que en total gasté $1.000 desde el aeropuerto al hotel. Genial.
Caminé dos cuadritas con mis casi 30 kilos de equipaje a cuestas y caché que ya estoy completamente agotada. Hace unos 2 meses atrás sin problemas caminé los 4 kms desde el terminal de bus hasta el hostal en Melaka... Llegué entonces al hotel y en la recepción no había nadie. Más que un hotel era un edificio donde se arrendaban piezas amobladas, con tv cable y conexión a internet, además de una sencilla y pequeña piscina que daba hacia la calle, donde no había espacio para tomar sol ni nada (yo había decidido tomar un hotel con piscina, pues sólo quería descansar estos 6 días antes de volar a España). Me costaba 1/3 de mi ppto diario, pero me pareció una buena decisión debido al cansancio. El asunto es que no había nadie en la recepción y estuve 10 minutos gritando "HELLO!" y tocando la puerta para que alguien viniera. Y nada. Encontré un timbre en el interior y sonaba muy muy fuerte, como si fuera alarma de bomberos y me colgué de él, lamentándolo por los pasajeros, pero era eso o asumir que dormiría en una silla en el lobby... y no po! En eso salió una pasajera de su habitación y no me dijo nada, simplemente se dirigió a tocar una puerta que había en el exterior y de ahí salió una chiquilla de no más de 20 años a "recibirme", sin ninguna explicación ni disculpa. Filo. Ya eran eso de las 22:30 y mi partida de Ubud en la mañana había sido a las 9 am y con una hora menos, así es que a esa altura ya estaba agotada y lo único que quería era ducha, cama y hablar con mis amigas y familia para reportarme y contar lo sucedido en mi salida de Indonesia. El problema fue que la conexión era casi como no tener conexión: cada un minuto se desconectaba y tenía que volver a conectar, lo que no me permitía tener una conversación fluida con nadie y eso terminó de matar mi paciencia. Patié la perra y maldije a más no poder. Día de mierda!!! Afortunadamente, cuando hice el check in decidí cambiar un pocos los planes y quedarme ahí sólo dos noches, para luego cambiarme al hostal baratito donde alojé al empezar mi viaje. Y fue la mejor decisión que pude tomar 
El sábado me fui directo al mercado de Chatuchak, para buscar un par de cosas en las que había estado pensando. Caminé medio ausente toda la mañana y volví directo a la piscina y a ver tele, jajaja. El domingo tomé mis cosas y me fui entonces directo a Born Free Hostel... fue un poco como llegar a casa 
Estuve 3 días en el hostal cerrada como una ostra. Creo que dejar Bali para volver a una ciudad grande me knockeó un poco. Me dejó completamente out y enmudecí. Y no quise ni caminar, ni sociabilizar, ni turistear tampoco. Sólo estuve en el hostal en silencio, dibujando, leyendo y saliendo sólo a comer. Y recién ayer miércoles logré despertar del letargo y salí a caminar y a conocer un par de templos que aún no había visto. Desperté y moví nuevas energías... energías de las buenas!! Por la tarde y luego de unas 7 horas de pasear, volví al hostal y conocí a Chhavi, un chico indio con quien conecté rápidamente en buena conversación, risas e intercambios culturales... y todo esto prácticamente en español, pues él se pasó algo así como 8 meses viajando por sudamérica hace un tiempo, así es que aprovechó de practicar y yo de hablar mi idioma. Salimos a comer y yo probé comer GRILLOS: siempre había querido degustar insectos y anoche por primera vez tuve la oportunidad. Salado, muy crocante y bastante rico, agrego. No puedo compararlo con otra cosa. Diferente y exótico.
La noche terminó muy tarde y el día empezó muy temprano con una pequeña indigestión, jajaja. Quién me manda a comer bichos po! Volví a la cama con retorcijones y dormí hasta las 9 am. A eso de las 11:30 nos dispusimos a salir Chhavi, Max (un chico alemán de 23 años que conocimos esta misma mañana en el hostal) y yo. Paramos primero a comer algo y luego tuvimos que volver al hostal pues una torrencial lluvia nos dejó sin mucha posibilidad de paseo. Ya a las 14:00 sin lluvia y sin Max, Chhavi y yo nos lanzamos a caminar en la última tarde de mi amigo, pues en pocas horas tenía que abordar el bus rumbo a Krabi, playa al sur de Tailandia.
Y bueno, ya mañana se termina el sudeste asiático para mi y me espera un laaaargo viaje a Madrid y Barcelona, arribando en esta última ciudad el viernes por la tarde, donde estaré hasta el lunes 20, para volver a chilito y cerrar así esta espectacular aventura.


Canales de Bangkok

Ofrendas y dioses en una plaza

Chinatown

Golden Buddha. 5.5 tns de oro macizo

Golden Buddha. 5.5 tns de oro macizo

Wat Traimit: Temple of the Golden Buddha

Wat Arun - Temple of the dawn

Wat Arun - Temple of the dawn

Wat Arun - Temple of the dawn

Wat Arun - Temple of the dawn

Wat Arun - Temple of the dawn

Wat Arun - Temple of the dawn

Wat Arun - Temple of the dawn

Wat Arun - Temple of the dawn

Insectos tostados en Kaosan Road

Río Chao Phraya

Despidiendo Bangkok con Chhavi

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