Barcelona no no

Domingo 12 de octubre de 2014

Dejar Tailandia fue tristón, aunque no tanto como dejar Bali. Creo que fue la cuota precisa de "ciudad" para ir bajando a tierra antes de llegar a Chile. Así y todo, no pude evitar consultar la posibilidad de cambiar la fecha de mi pasaje, buscando extender los días en Tailandia y reducir los de España. El presupuesto era un buen motivo para el cambio, pero el principal fue que tuve mi propio "Antes del amanecer" en Bangkok. El que sae, sae!
Pero bue, cambiar el pasaje implicaba una multa y... naaaa, ya está bueno aprender a dejar atrás, incluso lo bueno (sip, así de grande estoy).
31 horas me tomó llegar al hostal en Barcelona, desde que dejé el de Bangkok. Fue agotador, sí, pero no demoledor. La llegada a Madrid fue en total oscuridad (a pesar de haber sido a las 7:30 am... y yo ya me había acostumbrado a los maravillosos amaneceres a las 5 am!) y con lluvia torrencial. Igual la t° era agradable, tanto que me permitía estar en polerita. El ingreso al país fue rápido y sin cuestionamientos. Confieso que, luego del episodio en Indonesia y a pesar de entender los motivos, el ingreso/salida de inmigración me pone algo nerviosa. Me sorprendí mucho en mi paso anterior por España y en este, que si no declaras cosas, no te hacen pasar por la maquinita de rayos al entrar. Y bue. Me fui directo a comprar el pasaje para el bus a Barcelona (no pude pagar por internet) y tras poquito más de una hora ya estaba arriba del bus.
El paisaje era hermoso: mucho verde y a ratos decorado por la destacada arquitectura antigua española. El bus iba a velocidad prudente (estoy segura que nunca pasamos los 90 km/hr) y tenía wifi, pero mi teléfono prontamente se quedó sin batería. La primera parada fue en Zaragoza, a 4 hrs de Madrid. Aquí se bajó 2/3 de la gente y eso me permitió dormir profundamente estirada en los 4 últimos asientos, así que feliz! Llegamos a Barcelona a las 5 de la tarde y, siguiendo las indicaciones del hostal, me fui a tomar el tren de Cercanías hasta Plaza Catalunya. La estación era gigante y caótica: miles de servicios, miles de líneas, miles de personas. Con un poco de ayuda tomé el metro y me bajé en el lugar indicado. El hostal está a 1/2 cuadra de la plaza y es comodísimo: muy moderno, limpio, luminoso. Cada pieza -compartida- tiene su propio baño, hay lavandería, bar y una cómoda zona común. Por €8 tienes derecho a una cama (en camarote, con luz y enchufe propios y una cortina para darte privacidad al dormir) y a un desayuno "continental" que tiene de todo: té, café, leche, cereales, jamón, queso, mermelada, manzanas y jugo. Bastante más generoso que los desayunos continentales que me tocaron en el sudeste... cuando había. Antes que se acabara la luz de día, dí un paseo de un par de horitas por el barrio... tan bonito!! Muchas tiendas, restaurantes y mucha muuuuucha gente hablando en todos los idiomas. Yo que pensaba que hasta aquí había llegado el inglés y me equivoqué, porque quien se me acerca a hablarme lo hace en inglés! Jajaja.
El jet lag me hizo dormir tempranito y desperté el sábado con tremendo sol y dispuesta a caminar perdiéndome por las calles de Barcelona. Eso sí, necesitaba mar así es que llevé mi pareo y bikini. Caminé por la Rambla y llegué al mar y al ratito a la playa. Me fui a un baño a cambiarme de ropa y... oh! Llevé dos partes de abajo de bikini en vez de uno completo. Mierda! Devolverme me significaba un poco más de una hora... qué lataaaaaa. Decidí ponerme la parte de abajo y filo, me quedaría en polera no más (tampoco andaba con sostenes...). Me tiré en la arena y me saqué la polera sutilmente, quedándome de guata. Y ahí pensé: "se toma sol en topless en Barcelona?" Y justo ante mis ojos aparece una señora de unos 75 años caminando por la orilla del mar y muy pechugas al viento. Y como callampitas empecé a ver cómo aparecían distintas mujeres haciendo topless (no eran ni tantas, pero las suficientes para darme a entender que sí, se hace topless en Barcelona). Y creyéndome muy liberal, me di media vuelta y me quedé así, disfrutando el calorcito del sol, con los ojos cerrados y una gran sonrisa. Hasta me di el gusto de meterme al mar y nadar con mis pechugas libres y salir del mar muy a lo escena Baywatch, sacudiéndome el pelo y jurándome Pamela Anderson en versión XS, jajaja.
Unas horas en la playa y me dio hambre, así que decidí buscar algún lugar NO TAN CARO para almorzar, tarea nada fácil. Caminé avanzando por las playas (son como 8) y no encontraba nada por menos de 10 lucas. Tan caro por la chucha!! (parecido a Chile, pero cuando vienes de un lugar donde la comida más cara te cuesta 5 y menos, todo parece de ricos). Y me estresaba, además, por no tener ninguna recomendación. O sea, si me iba a gastar esas lucas, mínimo quería hacerlo en algún lugar recomendado, no? Sumado a esto, el GPS de mi cel no quería funcionar, así es que caminé a ciegas por 3 horas y ya agotada, paré en un pequeño sucuchito donde ofrecían tentadoras tapas y cerveza. Igual me terminé gastando las 10 lucas.
Cerré el día con lo que creí que sería una siesta, pero desperté a las 12 y aturdida me volví a dormir, completando así 11 horas de reparador sueño, con lo que espero haber dejado el jet lag atrás. El costo? Viernes y sábado en la noche perdidos en sueño, en vez de estar carreteando en una ciudad como Barcelona. Caro, pero na que hacer. Por suerte tengo aun otro fin de semana completo para ponerme al día.


La bella termina 4 de Barajas, Madrid

El primer jamón serrano & queso manchego!

La rambla :)

Monumento a Colón



Topless sin querer queriendo

Hola, mediterráneo

















Jueves 16 de octubre de 2014

A 6 días de haber llegado a España y particularmente a Barcelona, debo decir que no me he sentido en absoluto encantada por el lugar. La comida es exquisita, la ciudad es hermosa, la gente... no sé, es posible que sea yo y mi momento, pero no he encontrado sonrisas amistosas en Barcelona. Camino por la calle con una sonrisa y buscando ojos cómplices, pero no los encuentro. Tampoco los encuentro en el hostal, donde, teóricamente, la mayoría está en la parada 'vacaciones' y por lo tanto, con disposición a conocer gente nueva y bla bla. Me falta magia. Me falta esa sensación misteriosa y espiritual en el aire. Me falta Buda, Shiva, Brahma y Ganesha... me sobra dios, el 'católico'. Igual me detengo y pienso: "pobre España, que le tocó ser el lugar donde estoy cerrando una tremenda aventura de vida, volviendo de una tierra muy, pero muy diferente...". No, España, sé que no eres tú, ¡soy yo!. No sé si volveremos a encontrarnos otra vez, posiblemente sí, pero no me atrevería a asegurarlo. Y espero que si llega a suceder, las circunstancias sean muy diferentes, para poder apreciarte y disfrutarte como corresponde, como a mi me gusta.
Aún así agradezco infinitamente la posibilidad de estar concluyendo mi viaje aquí y no directamente en Chile, pues sé que en mi país me voy a encontrar con más de 'esto' y nada de 'aquello'. Mis disculpas, España, pero me has servido para detestar un poco la vida occidental lejos de mi tierra, a la que espero llegar entregándole un poquito de amor, como nunca he hecho.
Por ahora, sigo recorriendo tus calles en busca de ese "je ne sais pas" y tomando fotos, tomando fotos, tomando fotos. A ver si en ellas y con el tiempo, encuentro tu encanto.


Las calles de Barcelona

Detalles

Vistas!


La Barceloneta y el Mediterráneo

Deliciosos helados

Merenguitos y pasteles

La Sagrada Familia

Parque Guell

Gaudí

Tremendos miradores



































































































































Sábado 18 de octubre de 2014


Ocho días en Barcelona resumidos en comer, dormir, caminar y leer. Aún no encuentro la palabra final para mi "comer, rezar... (?)".
Hoy fui por última vez a la playa y llegué a la "Playa de la Mar Bella", donde más de la mitad de la gente estaba pilucha. Eran más hombres que mujeres y todo se veía muy natural. Confieso que no me animé a sacarme toooooda la ropa, pero sí disfruté una vez más de tomar solcito en topless 
Anoche quise aventurarme y salir a carretiar, pero sigo con la rutina de lo recorrido en Asia y me fui pasadas las 9 a un bar. Y, tal como en Chile, acá el carrete empieza tarde! Me tomé un par de vasos de Vermut en el bar y pasadas las 11, me encaminé hacia el Café Marula, un bar/discoteque que promete algo de funk y música negra en vivo. En el trayecto vi mucha, muuuuucha gente de todas las edades y estilos. ¡Barcelona está viva también de noche! A mitad de camino, un muchacho negro se me acercó y me habló en inglés (nadie me ha hablado en español de buenas a primeras). Me preguntó donde iba y yo, sonriente y sin disminuir el paso, le dije que ya me iba a dormir. Creo que el chiquillo era nigeriano y muy sorprendido me dijo: "por qué!? Es viernes y la noche recién empieza...". Quizás para el resto del mundo sea así, para mi ya termina, le dije. Me preguntó, entonces, si venía del trabajo o si estaba casada (buscando alguna explicación que le sonara lógica, me imagino). Le dije que estaba casada. Es curioso, pero si bien no soy una persona que miente muy seguido, lo hago instintivamente cuando no me siento segura. Y mi respuesta fue perfecta para quitármelo de encima y ya en la esquina, me dijo que pensaba que podríamos haber ido a bailar o a divertirnos por ahí, pero ya que era casada entendía que no era posible y se despidió preguntándome mi nombre y dándome la mano (yo no quería dársela... de nuevo figuraba imaginándome que me drogaban y bla bla, pero no supe cómo rechazarla). A los pocos minutos llegué al famoso bar, que recién abría sus puertas y al ver que no había NADIE, di media vuelta y volví al hostal. Así cierro 3 meses y medio sin haber salido a carretiar sola ni una vez.
Me voy con la tarea pa la casa.

Madrid - Lunes 20 de octubre de 2014

Empiezo ya a cerrar esta tremendísima aventura, a 105 días de iniciada. Cuando "planifiqué" el viaje (entre comillas, pues de planificado tuvo bien poco), pasar por España se veía algo extraño y sin mucho sentido, entendiendo que la ruta más lógica hubiera sido viajar a Australia y desde ahí moverme a Asia. Aún no sé bien qué es lo que vine a hacer a España, a parte de cerrar el viaje en un paía occidental, lo que a esta altura y tal como ya he manifestado, me parece preciso para no llegar tan en pelota a Chile y así el cambio no sea tan violento... supongo que con el pasar del tiempo lo entenderé mejor, o quizás no, quizás no hay nada que entender, más que un "no todo tiene que tener una explicación". Quizás.
Sentada en el aeropuerto Barajas, me permito retroceder al 2 de junio, al momento en que, arriba del avión rumbo a Valdivia para celebrar a mi adorada Suncito y en compañía de la del multiverso Dani Callejón, maldecía en silencio por el frío invierno que recién empezaba. Y cerré los ojos buscando el calorcito del sol. Y la playa. El eterno verano. Y así no más fue que ME VI en Maya Bay, la playa de la película de Di Caprio. Fue una imagen tan, pero tan clara en mi cabeza, que nada más bajar del avión y yo ya estaba googleando el lugar y conversándolo con la Dani.... Y así fue como, en un mes y 5 días partí esta aventura. Todo fue rápido y sin problemas: vender el auto, comprar los pasajes y partir. Los días previos a viajar me dediqué a leer un poco acerca del sudeste asiático y los diferentes países que lo componen. Leí sobre la ruta "banana pancakes" que es como llaman a típico recorrido por la zona y rápidamente supe que eso era lo que NO quería hacer. No quería un viaje típicamente turístico. Algunas vagas ideas me hice sobre lo que quería y no quería conocer, averigüé sobre visas y vacunas y decidí no tomar ninguna decisión más que el lugar desde donde empezaría el viaje y dónde y cuándo la concluiría. Y me lancé.
Avión
Una noche en Madrid, España
Avión
4 días en Bangkok, Thailand => bus
4 días en Karon beach, Phuket, Thailand => ferry
4 días en Ko Phi Phi, Thailand => ferry y mini bus
1 día en Hat Yai, Thailand => tren
5 días en Kuala Lumpur, Malaysia => bus
7 días en Georgetown, Penang, Malaysia => ferry
3 días en Langkawi, Malaysia => ferry
1 día en Georgetown, Penang, Malaysia => bus
3 días en Melaka, Malaysia => bus
9 días en Singapore => avión
7 días en Ubud, Bali, Indonesia => moto
7 días en Bali Silent Retreat, Bali, Indonesia => moto
7 días en Ubud, Bali, Indonesia => mini bus y ferry
6 días en Gili Trawangan, Lombok, Indonesia => ferry y mini bus
3 días en Senggigi, Lombok, Indonesia => avión
4 días en Jogjakarta, Java, Indonesia => tren y bus
2 días en Cemara Lawang (volcán Bromo), Java, Indonesia => mini van
2 días en Bondowoso (volcán Ijen), Java, Indonesia => mini van, ferry, bus, taxi
5 días en Ubud, Bali, Indonesia => avión
6 días en Bangkok, Thailand => avión y bus
9 días en Barcelona, España => tren
1 día en aeropuerto Barajas, Madrid, España => avión
CHILE!
106 días para empezar el cambio de vida que quiero. Este viaje ha sido una lobotomía sin pasar por el quirófano, en la que miles de nuevas ideas llegan a mis sesos. Regreso con el corazón rebozante de experiencias hermosas y comprendiendo profundamente el significado de "todo es posible". Hoy no siento barreras de ningún tipo y en ningún aspecto. Y me parece increíble estar a menos de 24 horas de volver sin saber qué va a pasar mañana. Menos la próxima semana. Mucho menos el próximo mes! Y lo increíble no es no saberlo, sino que no sentir ningún temor ni preocupación por eso. Yo. La que siempre tuvo todo bajo control. Corrijo: la que siempre creyó tener todo bajo control. Porque, tal como hace un año y medio atrás me dijo Angelina Pieper "la seguridad, la certeza, no es más que una ilusión, pues la vida nada seguro tiene. Acostúmbrate a vivir en incertidumbre y apréciala, porque es maravillosa!!". Y recién hoy lo entiendo del todo.


Nuevo día de caminata, más vistas

Vista al puerto

Disfrutando del solcito de otoño

Hermoso jardín en fuerte


Cementerio

Estadio olímpico

Torre Agbar

Teatro!

Infaltable paella


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